lunes, 30 de junio de 2014

La tejedora de historias: La princesa y el erlino.


Vivía una tejedora 
dedicada a su pasión: 
tejía días y horas 
sin descanso o dilación. 
Cada retal era una historia, 
cada hilo una canción 
que unía sin demora 
las tramas de la acción. 
Todas aquellas historias 
salían de su corazón; 
y le preguntaba, observadora, 
su hija con emoción: 
- ¿Qué cuento, qué memoria 
tejes madre en esta ocasión? 
- "La princesa y el erlino" toca ahora, 
escucha con atención.

            Esta historia ocurrió hace mucho tiempo, en el sur de las seis Terrae, en algún lugar de la que hoy es la próspera Terra Ager, tierra de cereales en las grandes llanuras, de vides en las colinas, de frutales en húmedas praderas y miles de artesanos en cada esquina de Nubes Agri, el mayor mercado del mundo.
            En uno de aquellos campos tenía la fortuna de trabajar un joven erlino muy apuesto, laborioso, inteligente y soñador al que la suerte parecía no haberle sonreído en la vida, pues ocupaba una posición social algo baja, empeorada por el hecho de ser joven varón, soltero y huérfano de madre. Aun así, su espíritu inquieto y su curiosidad por el porvenir le mantenían alegre, risueño y hambriento de aventuras, amor y emoción, a pesar de vivir en una época en la que el mundo parecía no guardar un sitio para él.
            Muchas eran las jóvenes –y no tan jóvenes- erlinas que trataron de conquistarle, pues a pesar de su condición el muchacho era muy agradable tanto a la vista como en el trato. Sin embargo, él soñaba con algo más que los halagos amables y cortejos corteses cuyas atenciones parecían soplar en su dirección; él soñaba con miradas robadas de fuego, con correr entre los campos de maíz, con aprender a volar con los pies en el suelo, con besos de papel y tinta, con atrapar las estrellas con una red en el río, con cantar las canciones de los bosques y que la idea de una despedida arrancase el aliento de su pulmón...

            Ocurrió que, por aquél tiempo, los erlinos volvimos a centrar nuestras miradas en otros mundos, observando nuevamente todo aquello que llevábamos milenios observando, renovando las promesas de paz con aquellos pueblos con los que estábamos en paz y manteniéndonos aún más alejados y ocultos de aquellos que nos deseaban algún mal.
            Uno de estos mundos, con el cual mantuvimos una buena relación durante siglos, es al que nosotros llamamos Gea, en la órbita de Helios, habitado por humanos que aún hoy llaman al planeta Tierra y a la estrella Sol. Este planeta supuso una diferencia frente a los demás: Su gente aún estaba demasiado atrasada con respecto a nosotros, hasta el punto de no formar una sociedad unificada o generalizada ni haber llegado todos ellos a conocer ni la mitad de las tierras que les rodeaban.
            Además, una de sus más grandes civilizaciones del momento, la asentada en La Tierra entre Ríos, acababa de sufrir una gran inundación catastrófica en su territorio –a la que denominarían El Gran Diluvio- y que arrasó todo aquello que habían construido y lo ahogó en sus aguas.
            Una vez amainadas las lluvias, los supervivientes se asentaron de nuevo en el centro del valle y erigieron una nueva ciudad a la que llamaron Kish, desde la cual su gobernante, el rey, administraría sus dominios. Fue entonces que los emisarios erlinos le hicieron llegar al rey nuestro mensaje de paz junto con nuestra admiración hacia su raza, por su capacidad de pervivencia y superación frente a la adversidad.
            Por esta razón, nuestros gobernantes propusieron a aquellos humanos la posibilidad de que una princesa humana visitase nuestro mundo, para afianzar las relaciones diplomáticas entre ambas razas. Los humanos insistían en que debía ser un príncipe, pues su sociedad era patriarcal, pero las jerarquías matriarcales de Erlia estaban aún muy afianzadas. Finalmente, el rey permitió a su única hija marchar, con la esperanza de que algún gobernante erlino la tomase por esposa y así unir sus pueblos.
            Pero quiso el azar que, a su paso por Terra Ager, la princesa conociese a nuestro apuesto joven erlino por casualidad y ambos se enamorasen irremediablemente, como si aquél destino hubiese estado escrito en las estrellas. Muchos intentaron separarlos. Muchos intentaron disuadirlos. Muchos intentaron herirlos y difamarlos. Pero a pesar de todo, el rey de Kish no creía deber anteponerse o enfrentarse a un erlino y los erlinos, por su ley, no podían anteponerse o enfrentarse abiertamente a la elección libre y consciente de una mujer.
            A pesar de todas las dificultades, las dudas y los miedos, la princesa y el erlino decidieron unirse en casamiento y se dice que él, tomando las manos de ella, las posó sobre su corazón y, mirándola a los ojos, le dijo: “Aunque nuestros actos nos cuesten la vida, siempre fuimos y seremos uno”. En ese momento sellando su amor con un beso, un rayo de Pronto les iluminó y sus esencias se entremezclaron: Sus ojos se volvieron de una tonalidad intermedia entre la de ambos, la piel de él adquirió la capacidad de aclararse y oscurecerse según la exposición a la luz y ella desarrolló la capacidad cerebral superior de un erlino.
            Todos ellos, erlinos y humanos, interpretaron esto como un designio divino: los erlinos como una señal de Alma y los humanos como una bendición nuestra, pues nos consideraban cercanos a sus dioses. La princesa y el erlino vivieron felices el resto de sus días en Gea y, según cuentan, uno de sus hijos acabaría gobernando.



sábado, 21 de junio de 2014

"La Maldición del mundo muerto (Libro I): Estrellas"





"En algún lugar desconocido, una joven pelirroja atesora un colgante con una estrella que emite un brillo de color azulado. En Nubes Sapientiae, la principal y mayor escuela de un avanzado planeta llamado Erlia, un alienígena humano -que desconoce sus orígenes- es convocado por el misterioso Ermitaño. Y en la hermosa Playa de las Catedrales del norte de Galicia, una joven bastante particular pasa sus ratos libres disfrutando de la brisa del mar.

Será en este momento de sus vidas cuando pequeños cambios insignificantes desembocarán en acontecimientos que tan sólo unos pocos afortunados podrían llegar a profetizar… para bien o para mal. Con la ayuda de unos, la desaparición de otros y una red de misterios y secretos en la que nadie parece resultar quien dice ser, aquellos que poseen lo que no deben intentarán conseguir más; aquellos que quieren recuperar lo que es suyo se prepararán para actuar; y aquellos que vivían ajenos a sus posibilidades y destinos comenzarán a descubrir que su mundo es aún más enrevesado de lo que jamás habrían soñado."


Fecha de lanzamiento: Mayo de 2014

Tipo: Fantasía

P.V.P. libro: 16€ 

P.V.P. ebook: 4€



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