viernes, 4 de diciembre de 2015

Soneto a una sonrisa


Érase un hombre de risa constante,
érase una boca toda de dientes,
era una sonrisa sobresaliente,
felicidad cálida y deslumbrante.

Era una cueva y mina de diamantes,
era teclado de piano excelente,
era camino cubierto de nieve,
era promesa de vida agradable.

Era de mármol aquella escalera,
era del astro sol mil y un rayos
reflejándose en la mar serena.

Era mueca de rubor y descaro,
de tanta gratitud y cosas buenas
que alumbraba en la noche más que un faro.



lunes, 9 de noviembre de 2015

La tejedora de historias: Las Garras de Eris


 Vivía una tejedora 
dedicada a su pasión: 
tejía días y horas 
sin descanso o dilación. 
Cada retal era una historia, 
cada hilo una canción 
que unía sin demora 
las tramas de la acción. 
Todas aquellas historias 
salían de su corazón; 
y le preguntaba, observadora, 
su hija con emoción: 
- ¿Qué cuento, qué memoria 
tejes madre en esta ocasión? 
- "Las Garras de Eris" toca ahora, 
escucha con atención.



            "Cuando el mundo era joven todavía, las tierras que lo formaban eran misteriosas todavía, las criaturas que lo habitaban eran extrañas todavía y muchas de las historias que acontecieron eran recuerdos sin importancia todavía y, por lo tanto, nunca serían contadas.
            Pero algunas sí sobrevivieron. Algunas se antojaron tan fantásticas e increíbles a ojos de aquellos que las vivieron que ellos mismos parecieron dudar de la fiabilidad de sus sentidos y decidieron asegurarse de que perduraban en los recuerdos de cada erlino para que todos ellos las juzgasen a su parecer.
            Ésta es una de ellas.

            Eran tiempos de salvajismo y eran tiempos de terror. Eran tiempos de ignorancia sobre el tiempo; y el espacio; y la vida. Eran tiempos de existencias vacías y codicias plenas. Era tiempo de hallar límites y romperlos, de ir un paso más allá... en la mayoría de las ocasiones por las razones equivocadas.
Cuando los erlinos creyeron dominar la tierra firme que habitaban, el primer límite fue alcanzado y ello les obligó a dirigir sus miradas al inmenso océano y sus profundidades.
Las aguas de Nabia eran por lo general cálidas, transparentes y llenas de animales pacíficos... excepto unas Marismas Gélidas situadas en el extremo meridional del mundo. Muchos se acercaron y muchos las bordearon, pero fueron aquellos que se sumergieron en ellas los que nunca más volverían a salir. Se decía que la misma muerte moraba en aquél infierno y no eran pocos los que perjuraban haber visto sus negros tentáculos escamados asomar sobre la superficie.
Y la leyenda creció como crecen los árboles, de una raíz oculta salió un tronco único y fuerte, ramificado en mil direcciones con un fruto distinto en cada extremo. Pero aunque verdades haya muchas, la auténtica realidad tan sólo puede ser una.

Se dice y se cuenta –como se acostumbra a hacer cuando lo extraño acontece- que hubo en una ocasión una buena muchacha, hija de una buena mujer, que se escapó de casa para explorar animada por la curiosidad de su juventud. Andando y andando llegó hasta el confín del mundo, donde perdida entre altas rocas, comenzó a llorar su desdicha, naciendo de sus ojos dos ríos de miedo y terror: Phobos y Deimos, los dos torrentes que barrerán por siempre las penas silenciosas de los Montes Lágrima.
Aún desorientada y no pudiendo soportar su dolor, tuvo la suerte o desgracia de encontrar el abismo que se cernía sobre la pesadilla de marineros y exploradores. Y saltó. Saltó a aquél infierno la pobre criatura, esperando en la muerte el perdón por su imprudencia. Las marismas la acogieron y ella se dejó ir... pero su hora no había llegado.
Unas garras poderosas pero gentiles rodearon su cuerpo, la acunaron y la arrastraron, y sintió bajo sus manos escamas frías como el hielo y más escurridizas que el agua misma. <<La muerte me acoge y me lleva>> pensó la pequeña antes de perder el conocimiento.
Cuando por fin despertó, alguien o algo arrastraba su cuerpo sobre la arena, mientras unas voces gritaban a lo lejos. Varias recolectoras de moluscos se acercaban corriendo en su dirección, seguramente temiendo encontrar un cadáver a medio devorar. Pero la niña estaba viva; viva y suficientemente consciente para ver por sí misma cómo aquella gran serpiente negra de ojos rojos desaparecía de nuevo en el agua con calma y determinación.
Y ella esperó en silencio, sosteniendo en su mano un anillo dorado, acariciándolo hasta que el sonido de su inscripción acudió a sus labios: Eris. Un bello siseo de agradecimiento para una delicada lengua silbante.

Nadie volvió a ver nunca a la serpiente.
Muchos dudaron de la historia, sí. Otros la creyeron una confusión. También muchos trataron de buscarla y fracasaron en el intento, perdiendo su tiempo, sus esfuerzos y en ocasiones hasta sus vidas, tal y como había sido siempre. Pero nadie más, ni hombre ni mujer, saldría nunca con vida de aquellas marismas.


Sólo aquella niña, la única que no quiso volver, regresó; la única que no quería un tesoro, lo encontró. Sólo aquella que se entregó a la perdición fue salvada de ella por el gran corazón de un gran monstruo; por las cálidas garras de la gélida Eris."



martes, 20 de octubre de 2015

Musa

Dos meses sin suspiros,
dos meses sin tus ojos,
dos meses sin sonrojos
que arranquen mi delirio.

En mi dedo: un anillo,
en mi mente: un cerrojo,
en mis labios: los despojos
que no merecen ser descritos.

Qué decir, lo admito,
no sé, en mi enojo
por mi falta de arrojo,
de palabras, de equilibrio.

¿Y si ahora te olvido?
¿Y si ahora me arrojo
a otros brazos y me encojo
como un bebé en un ovillo?

Quizá sería un descuido,
quizá mi oído cojo,
quizá sólo un manojo
de versos sin sentido.


martes, 4 de agosto de 2015

Poemas medievales

Con el cántaro, cantando,
corro feliz a la fuente,
canto coplas y coplillas,
canto suave, canto fuerte
y, al llegar cantando al río,
yo cruzo bailando el puente.
Cuentan que viven contentos
contando monedas, dientes
de oro, bienes y tierras.
Yo sólo cuento mis suertes
y canto feliz mis cuentos
y soy dichoso en mi mente.
Tiene el mal juglar
pelotas sin malabares,
mil amigos por los bares
y ni un solo real.
Si entrarais a esta casa
y quisierais de comer,
lo que entre en vuestra boca
con vos lo habéis de traer
y, con estos que aquí viven,
amables, compartiréis.
Pues aquí no tengo vino
pero sí quiero beber,
tampoco tengo comida
con la cual entretener.
Yo pongo techo y sonrisa,
el resto lo pone usted.
No tengo novio ni novia,
tampoco perro ni gato,
pues, señor, no se me antoja
la compañía de esos cuatro.
Si tomaseis, mi señora,
mis manos en vuestras manos
y miraseis a mis ojos
con esos vuestros, dorados
serían los mil suspiros
que verterían mis labios.
Y al nacer en horizontes
que se antojan muy lejanos
el sol, la luna y estrellas,
no cesaría al miraros
bajo todas esas luces,
sombras, destellos y claros,
pues ya hállome yo, dichoso,
cerca para contemplaros.
Cantad, ruiseñor,
cantad a la mañana
que amanece temprana
al despertar el Sol.
No me vengas moreno
cantando coplas
bajo mi ventanuco
entre las sombras.

Pues me conozco el cuento
y todo el truco,
no me engatusarán
palabras de humo.

Tú gánate el jornal
y ya hablaremos,
que el amor no interesa
en estos tiempos

sin monedas y tierras
en el bolsillo,
sin un pan bajo el brazo,
techo y cobijo.

Es ruin hablar así,
lo sé, lo asumo;
pero aún es más ruin
la ruina de uno

cuando rujen las tripas
y azuza el frío,
tus palabras de humo
son mal abrigo.
En la cabeza, un sombrero;
en el ojal, una flor;
en los labios, un te quiero;
en mi mano, el corazón.



lunes, 22 de junio de 2015

Cobardía o coraje

La puerta de entrada se cerró de un sonoro portazo al recibir una patada completamente malintencionada. El bolso calló al suelo, la chaqueta en el sofá y las llaves en la mesita del café. Una mosca revoloteó alrededor de la cabeza de Lía, redefiniendo en su mente el significado de la palabra mosqueo. ¿Qué necesitaba para poder considerarlo cabreo? ¿comprarse una cabra o estar como una cabra?
La verdad es que muy cuerda no debía estar, no. No podía estarlo si aún guardaba algún atisbo de esperanza después de otro desplante como aquél. ¿Pero quién se creía él que era para tratarla así? No esperaba que le dedicase toda su vida y su tiempo, pero... había límites. En toda relación hay límites: de respeto, de educación, de paciencia,... y ninguno se merece ser traspasado sin pena ni gloria.
Pero aun así, Lía no lo tenía claro. Necesitaba tomar una decisión, una decisión que llevaba tiempo postergando pero que debía resolver por su propio bien. ¿Qué opción merecía realmente la pena?
Como de costumbre, acudió a su consultor anónimo, Tumblr. Aunque originalmente no hubiese creado su cuenta para dicho fin, parecía que desde la primera vez que se animó a describir uno de sus problemas allí no era capaz de tomar una decisión filosófica definitiva sin antes presentar el caso ante la sabiduría popular de las redes.

<<¿Qué es la cobardía verdaderamente? ¿Abandonar a medias cuando ya no puedes más o no abandonar por miedo a quedarte sola? ¿Qué coraje importa más? ¿El coraje de seguir luchando o el coraje de cerrar la puerta y no mirar atrás?
Al fin y al cabo, lo aprendido siempre se queda contigo...vayas donde vayas, decidas lo que decidas. No se puede borrar el pasado, sólo cambiar de rumbo, para bien o para mal.
Y ¿qué hay de los años “perdidos”? ¿Qué tan perdidos están entonces? La juventud “divino tesoro, ya te vas para no volver (cuando quiero llorar no lloro y a veces lloro sin querer)” que diría Rubén Darío... Y yo lloro... queriendo y sin querer. Y no puedo decidir entre lo uno y lo otro y los meses pasan... y la derrota y el dolor aumentan en intensidad a la vez que el número de días pasados, pensando, decidiendo... Cuanto más tiempo pasa más quiero dar la vuelta, pero al echar la vista atrás más largo es el camino de regreso.
¿Qué opción supondría, entonces, ser cobarde? ¿Cuál valiente? ¿O acaso estoy destinada a sentirme ambas por siempre?
Pero ¡¿qué hago ahora?!

Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta, Lía pulsó el botón de publicar.

No tenía nada claro, cuanto más lo pensaba más lejos se sentía de encontrar la respuesta...



lunes, 8 de junio de 2015

¿Sabías que...?

            Como ya sabréis o quizá no, este pasado mes de mayo se ha cumplido un año desde la publicación de mi novela “La maldición del mundo muerto (Libro I): Estrellas” y lo he querido celebrar compartiendo una serie de fotos y anécdotas sobre el libro y su creación en:
-Mi página de Facebook (www.facebook.com/saritoteroescritora)
-Mi cuenta de Instagram (https://instagram.com/saritotero)
- Mi cuenta de Twitter (https://twitter.com/sspiderssaritsp)
- Mi blog en Tumblr (http://sarit-f-otero.tumblr.com/)

Para todos aquellos que os hayáis perdido alguna o queráis volver a verlas, aquí están todas.

1. ¿SABÍAS QUE este mayo se cumple un año de la publicación de "La maldición del mundo muerto (Libro I): Estrellas"? Pues vamos a celebrarlo con una ronda de "Sabías que" durante todo el mes.
¿Qué cosas os gustaría saber?


2. ¿SABÍAS QUE el título y el argumento original de #LMDMM eran muy distintos a los actuales?
Esta es la primera versión del prólogo que escribí en agosto de 2008, que más tarde pasaría a ordenador y ampliaría. El documento de esa ampliación y el borrador de un primer capítulo se dañaron y no conseguiría recuperarlos hasta octubre de 2011.


3. ¿SABÍAS QUE la primera entrega de #LMDMM está dedicada a un grupo de amigos que conocí en 2007? Compartí con ellos un mes de experiencias en un programa para aprender inglés, en el que fue mi primer viaje a Reino Unido.
Llevaba varios meses sin mucha inspiración y por primera vez me planteé dejar de escribir, pero uno de ellos, fisgando mi cuaderno por encima de mi hombro, leyó uno de mis poemas y cuando me quise dar cuenta todos me pedían leerlo y me animaban a seguir escribiendo. 
Gracias a ellos recuperé la ilusión por escribir y nunca más la he vuelto a perder, así que esta dedicatoria es más que merecida. De corazón, mil gracias a todos.


4. ¿SABÍAS QUE toda la información del mundo mundial sobre #Erlia y los #erlinos cabe en un archivador? Todos los datos y secretos guardados celosamente en un único lugar...
Y al igual que con la Mona Lisa, nos preguntamos: ¿Sabremos algún día todo lo que oculta esa sonrisa?


5. ¿SABÍAS QUE el pub que ciertos personajes visitan en Ponferrada existe de verdad?
El local se llama Morticia, se encuentra en el barrio de La Rosaleda y este mismo fin de semana celebra su XXI aniversario. Todo un icono de la ciudad y con una decoración digna del mejor museo.


6. ¿SABÍAS QUE los #erlinos son intolerantes a los lácteos?
A pesar de ser clasificados como mamíferos, los erlinos no consumen más leche que la materna cuando son bebés, por lo que para cuando llegan a la adolescencia sus estómagos ya están completamente desacostumbrados a la leche (o cualquiera de nuestros derivados como los yogures o el queso, que en #Erlia ni siquiera existen).
Esta es una de sus particularidades alimenticias junto a muchas otras, como una resistencia al alcohol mucho mayor por su rápido metabolismo o el efecto contrario al nuestro que les produce la cafeína: no les despeja, les duerme.


7. ¿SABÍAS QUE la discoteca de Madrid que aparece en el capítulo IV de #LMDMM se trasladó a otro local distinto un año después de la fecha en la que ocurre la acción?
En la actualidad se encuentra en la zona de Sol, pero su parada de metro anterior (mencionada y no nombrada en el libro) era Alonso Martínez.
¿Alguien sabría acertar, con estas pistas y la descripción, de qué discoteca hablamos?


8. ¿SABÍAS QUE Ea está en Menorca?
La descripción de la aldea de Ea, situada a orillas de la Bahía Velas, en la costa este de Terra Sapientia (#Erlia), está inspirada en la localidad de Benibeca (Menorca), un pueblo pesquero precioso que merece la pena visitar.


9. ¿SABÍAS QUE Alma fue inspirada por un libro de Paulo Coelho?
Más concretamente por 'El Alquimista', en el cual el autor describe el concepto del Alma del Universo, a la que dice que todas nuestras almas están conectadas, lo que nos permite poseer y entender el llamado Lenguaje Universal gracias al cual una sonrisa significa lo mismo en todas partes.
Un concepto precioso que inspiró el nombre y la base del Alma de los #erlinos.


10. ¿SABÍAS QUE el colgante de Betia está en mi poder?
El Llamador del Ángel de la Guarda fue un regalo que recibí cuando me encontraba escribiendo el libro y encajaba tan bien con esa escena que simplemente necesitaba que apareciese.


11. Y para finalizar... ¿SABÍAS QUE todos los nombres de las aldeas erlinas reciben su nombre de dioses terrestres?
Las del continente norte tienen nombre de dioses de las antiguas civilizaciones de Oriente Próximo, mientras que las de Seteh tienen variaciones de diversos dioses bien considerados malvados, bien relacionados con sacrificios sangrientos.
Pero algunas otras zonas geográficas también poseen nombres relacionados con diversas mitologías...
¿Os atrevéis a buscarlos todos?




lunes, 2 de marzo de 2015

El suspiro


No puedo dejar de pensar
qué hubiera sido,
qué sería y qué será
mi vida sin el olvido,
sin una fuerza con que avanzar.
Hoy vuelven suspiros
que había dejado atrás
y los miro...
pero ya no los dejo entrar.
No es un castigo,
no es ninguna maldad,
ni un destino
retorcido y voraz;
el camino
que hoy sigo no es igual
al torbellino
que tal vez recordarás.
Es distinto,
es más claro, más veraz,
más definido,
es quien soy de verdad,
y no es lo mismo...
y ya nunca lo será.
Custodia tú el largo suspiro,
algún día pasará.



jueves, 5 de febrero de 2015

El tren de la realidad

Y otra vez el tren; lleno de ruido, vacío de humo, se oyen suspiros... de sueño. Y sin dueño ni rumbo viajan algunos, grandes y pequeños a la vez. Por muchos caminos bajamos, subimos, al derecho y al revés; y nos dormimos.
Adiós parada mía, ahí te quedas, querida, esperando por mis pies y yo durmiendo primero y llorando después por mi desliz descuidado...
Lo siento, me he pasado... pero volveré...

Siempre me complico la vida sin saber por qué. Me levanto, me acuesto, me duermo otra vez. Y el día acaba y el siguiente comienzo... Y yo pienso todo mil veces, le doy vueltas al seso y lo repienso otras cien. Como ahora mismo en este tren.
¿Por qué me he dormido? ¿Por qué he sucumbido a un cansancio y desconcierto que no he de tener? ¿Qué pensaba mi mente en este momento? Madre mía, ¡¿Por qué?!
Como un puñetazo me ha dolido despertar en este tren. Y la realidad que me empuja hacia abajo y me quiere mantener lejos del sueño, hace añicos mi dignidad y la lejana posibilidad de sentirme bien. Y sentada en mi asiento con mi desconcierto observo a la gente... Nadie se entera, nadie se mueve... o no se quieren mover. Sus miradas de anhelo nada miran ni pueden ver.

Yo me cobijo en mis pensamientos, en los sueños detrás de mi frente, acunados por el fuerte deseo de entender. Y mientras un mundo de cuento pervive en mi mente, latiendo ardiente, la realidad parece el sueño que no puedo retener.




martes, 13 de enero de 2015

La tejedora de historias: Corazón de hielo


 Vivía una tejedora 
dedicada a su pasión: 
tejía días y horas 
sin descanso o dilación. 
Cada retal era una historia, 
cada hilo una canción 
que unía sin demora 
las tramas de la acción. 
Todas aquellas historias 
salían de su corazón; 
y le preguntaba, observadora, 
su hija con emoción: 
- ¿Qué cuento, qué memoria 
tejes madre en esta ocasión? 
- "Corazón de hielo" toca ahora, 
escucha con atención.


            "Fue y es, como ha sido siempre, misión de aquellos que trabajan al amparo de Alma la de custodiar las misteriosas y míticas puertas sagradas con recelo y cuidado, vigilando sin descanso quién las cruza y las traspasa. Su cometido es vital y primordial para la seguridad de nuestro mundo, pero también para todos aquellos que desconocen la inmensidad del universo y la identidad de los extraños que les visitan con la oscuridad de la noche... y de sus propias almas.
            Siendo un trabajo tan importante, no es hoy ningún secreto que sus ubicaciones fueron antaño secretas, para evitar el desastre que algunas fugas ingenuas, aventureras o peligrosas pudiesen causar. Tampoco son hoy desconocidos para muchos los límites a los que algunos estaban dispuestos a llegar para evitar lo que parecía inevitable,... el traspaso del Umbral y el despertar de la Dama de hielo.

            Corrían tiempos de paz y felicidad en un continente en el que Pronto parecía brillar por primera vez. Los Malditos habían sido exiliados a Seteh, las seis hermanas habían concluido su visita, las instituciones de las seis Terrae comenzaban a caminar solas y los erlinos parecían confiar unos en otros de nuevo, al igual que en sí mismos. Tal era la felicidad y dicha que les embargaba, que a alguien algún día, se le ocurrió la feliz idea de decir: “las nubes que parecían oscurecer el cielo, bajaron al suelo para acompañarnos y que podamos ver la luz”; y así fue como nuestras seis instituciones serían conocidas como Nubes a partir de ese momento.
            Pero con las seis hermanas de vuelta a donde quiera que hubiesen ido, el conocimiento de las puertas sagradas y cómo traspasarlas permaneció con los erlinos... pero no tanto la protección que ellas ejercían sobre los Umbrales, la cual recayó en la joven Orden de los Ermitaños.
            Sucedió –como sucede siempre- que los Malditos querían recuperar su poder salvaje de antaño y dejar que el miedo y el poder de la fuerza bruta cabalgasen rampantes y desbocados por el continente de la estrella. Sucedió también que, para desgracia de los ermitaños, una de las puertas se encontraba escondida en algún lugar de Seteh y, más si cabe que a ninguna otra, debían protegerla.
            Pero no lograron mantenerla oculta por mucho tiempo.
            En lo más profundo y frío de la más profunda y fría cueva, dos ermitaños perdieron la vida una noche justo antes del fin de su turno. Los dos que deberían sustituirles más dos agentes de refuerzo, siguieron su suerte a la noche siguiente. La puerta había sido descubierta, su Umbral claramente traspasado y su difícil protección en terreno tan angosto ponía en peligro todo aquello por lo que luchaban.

            Los gobernadores se reunieron y opinaron, ofreciendo la solución de soldarla, pues la propia estructura de la puerta estaba construida en el metal sagrado de las hermanas y podría ser sellada de esta forma. Pero a muchos no les pareció suficiente o duradero; el sello podría ser fácilmente derretido por los criminales.
            Entonces la primera Suma y Única Sacerdotisa de Alma, la angelical Ninlil, la entonces llamada Dama de blanco, por cuya sabiduría y calidez era amada y respetada en toda Erlia, tomó bajo su responsabilidad el conseguir una solución y pidió a su joven discípula y futura sucesora que la acompañase de vuelta a su santuario sagrado para meditar y rezar a Alma. Éste se encontraba en el cabo más septentrional, tras cruzar las más escarpadas montañas del continente, en un lugar hoy desierto, donde no queda nada; donde se dice que el viento sopla tan fuerte que ayuda al espíritu a volar;.
            Alma acudió en su ayuda y le otorgó una solución. En la estepa invernal que es Seteh, ninguna llama mortal ardería lo suficiente para soldar la puerta, pero tampoco para derretirla. La Sacerdotisa sería bendecida con un poder espiritual, una fuerza interior con la que Alma canalizaría su propio poder a través de su querido ángel y congelaría la puerta. Pero Ninlil debía tener cuidado: Hasta que el proceso terminase, no debía perder nunca el contacto físico con la puerta.
            Llegó el día señalado y un gran destacamento de tropas se adentró en Seteh para asegurarse de proteger a la Sacerdotisa, pero estos eran los primeros tiempos, la era en la que los Malditos eran todavía muy fuertes, estaban llenos de ansias de sangre y no había nada que les importase perder más que aquella puerta: su única vía de escape del infierno congelado.
En medio de una batalla encarnizada, tan sólo unos minutos antes de que Ninlil finalizase, dos asesinos se abrieron paso hasta la sacerdotisa y consiguieron apartarla de la puerta. Pero ya era demasiado tarde.
            Era demasiado tarde para los malditos, pues la puerta, aun no estando sellada del todo, ya era infranqueable. Era demasiado tarde para los dos asesinos, pues el hielo que fluía a través de la mujer los congeló al instante. Era demasiado tarde para la sacerdotisa, pues este hielo que aún albergaba su cuerpo no encontró una nueva vía de escape y se alojó en su corazón, congelándolo para siempre y, con él, su sonrisa y su dulzura. La Dama de hielo había despertado.
            Los médicos lo intentaron todo, los ermitaños lo estudiaron todo, pero el espíritu de Ninlil estaba tan maldito como la tierra que lo destrozó. Tras años impasibles sin solución, despojada y alejada de su vida y de su cargo, prendió fuego a su santuario en un intento demente de dejar tras ella algo cálido en el mundo y se acercó al abismo del acantilado que hoy lleva su nombre, dejando que aquel fuerte viento se llevase tanto su espíritu como su cuerpo.
            Es por esa razón y por su memoria que, a partir de ese momento, todas las generaciones de sacerdotisas no poseen ningún lugar concreto de residencia y que las altas montañas del norte se conocen como los Montes Suicidas, pues sólo aquellos que desean entregar su vida a los vientos y a las aguas de Nabia se aventuran a traspasarlos.



            En cuanto a la puerta sagrada, permanece cerrada, pues ningún fuego mortal puede arder lo suficiente en la estepa congelada para derretirla. Pero, como el trabajo no fue terminado, cuentan las leyendas que quizá haya un fuego que si pueda: un fuego inmortal; la clase de llama que no arde en la tierra sino en el alma, persistente e insistente, alimentada por todas aquellas pasiones que alborotan las aguas, agitan los vientos y desatan tormentas."




jueves, 1 de enero de 2015

Año nuevo


Y se va...

Se va el tiempo, vigía

de recuerdos por guardar

en la memoria inquisiva

de una mente sin maldad.

Y no vuelve aunque lo pidas;

nunca dará vuelta atrás,

buena, mala, cálida o fría,

la rueda que gira sin parar.

Y se va la luz del día

y llega, en la oscuridad,

un nuevo año, otra vida,

una página en blanco por llenar.