No
puedo dejar de pensar
qué
hubiera sido,
qué
sería y qué será
mi
vida sin el olvido,
sin
una fuerza con que avanzar.
Hoy
vuelven suspiros
que
había dejado atrás
y los
miro...
pero
ya no los dejo entrar.
No es
un castigo,
no es
ninguna maldad,
ni un
destino
retorcido
y voraz;
el camino
que
hoy sigo no es igual
al
torbellino
que
tal vez recordarás.
Es
distinto,
es más
claro, más veraz,
más
definido,
es
quien soy de verdad,
y no
es lo mismo...
y ya
nunca lo será.
Custodia tú el largo suspiro,
algún
día pasará.
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