martes, 11 de junio de 2013

Caminos


Por qué.
Por qué preguntan tus labios;
esos temblorosos mendigos
de algún otro beso vacío,
de algún otro ingenuo engaño.
Tus ojos, ya cansados,
observan una y otra vez
la lluvia sobre los tejados
y miran sin querer ver
la profundidad de su abismo
lamentándose con descaro.
Cuánto daño hace el destino,
la promesa de algo tan falso,
la creencia de que el ayer
ya había sido planeado
y que nuestra madurez
nos tiene un camino guardado.
Dijo un poeta peregrino
que el camino se hace andando
y yo, en mi atrevimiento, añado
que también se construye sudando,
partiendo antes del amanecer,
la oscuridad ofreciendo su amparo
tanto a ti como a tus enemigos,
a través de campos de olivos
y, otras veces, praderas de cardos.
No es justo, a mi parecer,
que siempre culpes, sin motivo,
de tus desgracias a todo aquél
que algún día pasó por tus brazos;
que la responsabilidad de tu sino
recaiga sobre cualquier extraño;
que, deshaciendo y sin hacer,
pretendas seguir esquivando
la obligación sobre tus actos.
En la vida ocurre lo mismo
siempre, para qué negarlo:
nos esforzamos por creer,
por recorrer el camino,
por seguir siempre luchando.
El deber de todo individuo
sobre asuntos que involucran su ser,
es también suyo y ha de aceptarlo.
Sé que la vida es dura y cruel,
que la historia está llena de llantos,
pero nadie dijo que sería bonito
sencillo, rápido o claro.
La risa, en su abrazo infinito,
premio que anhelamos poseer
y lucir como el mejor regalo,
no debe dejar en el olvido
un recuerdo grabado en la piel
y que se antoja el más amargo:
Y es que, incluso al nacer,
todos lo hacemos llorando.




1 comentario:

  1. ¡Qué orgullosa me siento de haberte tenido dentro de mí! ¡Qué bonito todo lo que escribes! Tú sabes que la vida no es un camino de rosas, pero estoy segura que con tu personalidad y tu potencial, sabrás apartar las espinas o, por lo menos, curar sus heridas cuando no puedas esquivarlas.
    Te quiero mi niña

    ResponderEliminar