jueves, 15 de agosto de 2013

No interpretes de mis palabras...

Lía cerró la puerta de su habitación tas su espalda y se apoyó en ella, dejándose caer hasta el suelo. Era ya viernes y tenía la impresión de haber vivido una de las semanas más agotadoras de su vida. Los problemas en sí, no habían sido excesivos -más bien los de siempre-, pero el entorno en el que se desarrollaban acababa magnificándolos de una forma... era casi insoportable. Siempre acababa enfadada con todo y con todos por el mismo motivo.
Sintiendo que necesitaba una vez más desahogarse y buscar el apoyo anónimo de algún extraño, abandonó sus llaves y su bolso en el suelo y se sentó frente a su ordenador, abriendo una vez más su cuenta en tumblr, esa extraña red social en la que podía encontrar un poco de todo y de nada a la vez y que, con demasiada frecuencia, lograba demostrar que escondía algunas mentes bastante más razonables y comprensivas que las que le rodeaban a diario en su trabajo y su círculo de amistades.
Antes siquiera de plantearse cómo enfocar un mensaje tan personal, comenzó a escribir palabras tal cual le acudieron a la mente, descargando su enfado y frustración contra esa actitud tan intrusiva que tanto odiaba de la sociedad.

"No te he pedido que me soluciones la vida, ni que me des consejos para que la solucione yo, ni tampoco una opinión personal sobre el tema. Es más, ¡ni siquiera he dicho que yo lo considere un problema o que me esté quejando! Te lo he contado porque te aprecio como persona y salió el tema.
Si fuese un problema, es mío; lo que significa que soy YO la primera que ha de intentar solucionarlo. Cuando me vea incapaz -si llego a ese punto-, será cuando pida primero opiniones, después consejos y, finalmente, ayuda a quien YO QUIERA PEDÍRSELA. Hasta entonces, lo máximo que necesito y aceptaré es un oído que escuche sin juzgar y unos brazos que abracen sin apretar ni empujar.
Si quieres dármelo, genial; pero ¡no necesito a un héroe dorado que salve mi alma dañada del abismo y la perdición! Sólo un amigo de sonrisa amable.
No hagas de un grano de arena una montaña y trates de conquistarla para ti. No interpretes de mis palabras cosas que yo no he dicho. No te apropies de la vida de los demás y trates de gobernarla, pues cada uno sabe lo que lleva por dentro, cómo lo lleva y cómo quiere llevarlo.
Vive y deja vivir.
Y, por lo menos, si decides no hacerlo, encima no te enfades conmigo si te corto en seco, pierdo la confianza o dejo de contarte algunas cosas de mi vida. Si tú te consideras libre y con derecho para meterte en mis circunstancias, yo también lo soy para mandarte a la mierda.
He dicho."

Lía le dió al botón de enviar sin molestarse en mirarlo dos veces. El que quisiese entenderlo que lo entendiera... y si había alguna falta que le molestase, que mirase para otro lado.
Sin tan siquiera esperar una respuesta o apagar el ordenador, se quitó la ropa de cualquier manera y se puso el pijama para meterse en la cama, con la conciencia muy tranquila y la mente más relajada. Había sido un día muy largo y se merecía descansar. 
Que pena que todas aquellas personas a las que les incumbía el mensaje nunca llegarían a leerlo... pero eso tampoco le quitaba el sueño. Quizá, algún día, pudiese sacar el valor suficiente para decírselo y esperar que, al menos una o dos, abriesen los ojos y se diesen cuenta.



2 comentarios:

  1. ¡Toma ya! Yo no podría decirlo mejor, pero me dan ganas de copiar las palabras de Lía y llevarlo escrito para enseñárselo a algunas de esas personas con el don de la razón y de la verdad, que te cruzas por el camino, porque el verdadero amigo es ese que te abraza sin juzgar, tiene unos oídos bien grandes para escuchar y una sonrisa amable.
    Veo que mi escritora favorita tiene un gran sentido de la amistad, que es capaz de reflejar con total claridad a través de las palabras de Lía, Eso denota, además de facilidad de pluma, una gran madurez emocional por parte de la escritora. ¡Enhorabuena!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Grcias, gracias. Esa madurez la tengo claramente porque tuve buenas maestras y modelos a seguir. Espero no volver atrás y perderla, porque mi -a veces loca- cabeza es uno de los regalos más grandes que he obtenido en la vida.
      Me alegro de que te guste. La verdad es que tenía yo también tantas ganas como Lía de escribir algo sobre este tema y su personaje me pareció el más indicado para hacerlo. Esperemos que su próximo texto sea más relajado ;).

      Eliminar