domingo, 13 de enero de 2013

Hubo una vez...

 (Entrada propia. Re-post de "Your soul is unbreakable". 02/05/12)

Hubo una vez un hombre, que vivía en una bodega bajo el suelo y nunca salía. Siempre había querido conocer el sol, por lo que se pasaba la vida solo, quejándose de que su casa no tuviese ventanas, de que estuviese bajo tierra, de que la puerta estuviese cerrada. Refunfuñaba y maldecía por su mala suerte, porque no podía tener lo que quería.
Hasta que un día, se dio cuenta de que si no podía ver el sol desde su casa, tendría que buscarlo. Se acercó a las escaleras y subió y subió...hasta llegar a la puerta, la abrió y pudo por fin contemplar el sol.

Hubo una vez un hombre, que vivía en el campo y adoraba la fruta y la verdura, recoger cereales para hacer pan con la harina y adornar su casa con flores. Se pasaba la vida sentado ante su puerta observando cómo pasaban las estaciones deseando que la primavera trajese una buena cosecha y la tierra diese los grandes frutos que nunca daba. Refunfuñaba y maldecía por su mala suerte, porque de la tierra no crecía nada más que hierbas y rastrojos.
Hasta que un día, se dio cuenta de que si quería que la tierra diese frutos apropiados, debía ser él quien los plantase y aprendiese a cuidarlos, pues no iban a aparecer ellos solos. Se puso manos a la obra y a la siguiente temporada recogió los frutos del trabajo bien hecho.

Hubo una vez un hombre, que naufragó en un bote en el mar. Pasaba los días sentado en el pequeño bote soñando con volver a su ciudad, mirando el cielo y añorando su hogar. Le deprimía pensar que la corriente no le llevaba donde él quería y que cada vez le quedaba menos comida. Refunfuñaba y maldecía por su mala suerte, porque a su alrededor sólo había agua con sal.
Hasta que un día, se dio cuenta de que si necesitaba volver a casa, debía ser él quien cogiese los remos e impulsase el bote, en vez de confiar su destino a las corrientes indecisas que gobernaban el mar. Comenzó a remar y en unos pocos días, halló tierra firme.


Hubo muchas veces...y hubo muchas personas. Y todas llegaron a la misma conclusión: No puedes dejar que pase tu vida esperando a que llegue lo que deseas y como lo deseas, o a que te den las cosas hechas. No puedes despreocuparte y confiar en que todo saldrá según como tú lo prevés.
Si quieres algo, has de luchar por conseguirlo, porque la vida no te va a regalar nada sin más.
Como dice mi abuela siempre, en su infinita sabiduría: El que algo quiere, algo le cuesta; y si quieres las cosas bien hechas y a tu gusto, tendrás que hacerlas tú.

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