- “En
un tiempo en el que no había tiempo, la estrella brillaba intensamente
sin principio, sin nombre, sin fin. El viento soplaba en una dirección;
los ríos, corrían hacia un único mar; en los árboles vivía un único tipo
de flor, de un solo color, con un solo nombre. La verdad era una y sólo
una, el destino era uno y sólo uno. Un pensamiento, un fin, nacer y
morir, de la misma forma, para lo mismo.
>>
¿Qué era el bien y qué era el mal? Nada, no había nada. Todo era como
era y como había sido siempre. Sin nombres, por ser imprescindibles.
¿Para qué nombrar lo que no existe?...”
- Pero, ¿por qué no existían, abuelo?
-
Porque era un mundo sencillo, porque nadie se había preocupado por
buscarlas. Pero, cuando el mundo es más complejo, las cosas son
distintas.
-
No entiendo la diferencia, abuelo. Es verdad que ahora además del sol y
el día tenemos la luna, las estrellas y la noche; no hay un solo
viento, sino varios; los ríos recorren el mundo en todas las
direcciones; las flores son de mil colores... pero nada más.
- Mira, Nicolás, –dijo el abuelo sacando algo de su bolsillo- sabes qué es esto, ¿verdad?
- Si, abuelo, es una moneda.
-
Pues mírala bien y fíjate en todos los detalles. Como cada moneda,
tiene dos caras, distintas pero complementarias; y un canto, que las une
a la vez que las separa. Eso es lo que te quería enseñar hoy: Todas las
monedas tienen dos caras. Da igual que sean euros, pesetas, libras,
marcos, francos, duros o reales. Da igual si son nuevas o antiguas, da
igual lo gastadas que estén o el valor que se les da. TODAS tienen dos
caras, sin ser ninguna mejor que la otra, sin valer ninguna más, sin
posibilidad de existir la una sin la otra.
>>
Todo en esta vida tiene algo que lo complementa y realiza, negarlo no
es la solución. Y, sobretodo, pienses lo que pienses, sientas lo que
sientas y veas lo que veas, no significa que tengas razón, pero tampoco
que no la tienes, simplemente tienes una opinión y un gusto distinto que
te define. Siempre tienes derecho a creer y pensar lo que quieras, a
que los demás lo respeten y a respetar tu a los demás.
>> Tienes derecho a escoger cara o cruz, pero siempre consciente de que ambos lados existen porque existe el otro.
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